11 de octubre de 2022

Educación superior: rol protagónico de la evolución de la educación de las últimas décadas

La educación superior de calidad abarca las tres funciones básicas en un proceso de retroalimentación indisoluble, se da en un contexto de crecimiento y masificación en el acceso a la educación superior, y de revolución en los medios de información y comunicación que complementan en algunos casos y, sustituyen en otros, el vínculo personalizado, sincrónico y uni-espacial en la relación docente/alumno, como nunca antes en la historia. Descargar archivo

Un cambio que presagia en los próximos años un crecimiento exponencial de la matrícula en las instituciones universitarias y de paradigma en el proceso de enseñanza/aprendizaje. La evolución de la educación superior de las últimas décadas se caracteriza por un rol protagónico, aunque heterogéneo, de las universidades en la producción de conocimiento, por un bajo dinamismo innovador de las empresas y por demandas sociales crecientes.

Crecimiento exponencial de la matrícula en las instituciones universitarias

La evolución de la educación superior de las últimas décadas se caracteriza por un rol protagónico, aunque heterogéneo, de las universidades en la producción de conocimiento, por un bajo dinamismo innovador de las empresas y por demandas sociales crecientes.

Financiamiento y producción científica de calidad

La inversión en educación superior aumentó un 41% entre 2010 y 2015. Este crecimiento
duplicó el incremento porcentual de los estudiantes, dando indicios de una consolidación
económica del sistema.

Paralelamente, también en este período creció la inversión en I+D de la región. Medida en
Paridad de Poder de Compra (PPC) se incrementó un 28%, alcanzando los cuarenta mil millones
de dólares corrientes en 2015, año en que se produce una inflexión en la tendencia de
crecimiento registrado desde el año 2000 en adelante.

La participación relativa de la región en el monto total de inversión en I+D mundial creció del 3% al 3,5% entre 2010 y 2015. No obstante, si bien la inversión en I+D en relación con el producto bruto regional se mantuvo estable en el período (alrededor del 0,70%), esta continuó siendo baja en relación con los países desarrollados que destinan alrededor del 3% de su PBI a estas actividades.

Finalmente, debe tenerse en cuenta la amplia heterogeneidad intrarregional de esa inversión, al constatarse que únicamente tres países son responsables del 92% de la misma: Brasil (64%), México (17%) y Argentina (11%). Descargar archivo

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